jueves, 18 de junio de 2009

Cuando me deprimo (escrito martes 21 abril 2009)


Mi familia tiene una teoria sobre lo que me pasa, y tienen la solucion que pasa por darme ejemplo, por intentar hacerme comprender como se hacen las cosas, como se vive la vida.El problema es que el mensaje no me llega porque a veces el tema es que sencillamente no quiero vivir. Vivir es estar muerto. Vivir es renunciar a sentir. El romanticismo está manido, ni siquiera soy original, no soy nada.Estoy segura de que no quise nacer, soy el producto de la banalidad y el egoismo. Mi madre no me deseaba a mí, deseaba tener hijos con los que nutrir su inmenso ego, y yo fuí un producto defectuoso desde el principio, porque no paraba de llorar, me sentía sola, tenía frio, protestaba de estar viva, y a mi madre la irritaba, le enojaba la contrariedad de encontrar desesperación donde pretendía encontrar complaciencia.Yo fuí una mala hija desde el principio. Y ahí fué donde empezó realmente la lucha por enderezar mi caracter. Debía aprender a estar en la cuna, debía aprender a no necesitar del contacto materno. Sustituyendo el afecto por horarios se puede llegar a amaestrar de manera bastante aparencial.Todos los bebés crecen al fín y al cabo. Los huesos siguen su tarea independiéntemente del ánimo. Cuando el sistema emocional aprende a reprimirse, el físico se hace cargo, depurando las carencias invisibles en forma de malestares, continua el crecimiento, la vida no se detiene.Se puede aparentar estar vivo, estando muerto, yo lo he logrado. Porque muerto está el que no se expresa, el que aprende a no pedir cariño, el que consigue volver anoréxica su alma y la acostumbra a no necesitar del alimento del que se nutre.Eso es posible si vives con una madre que se ha rendido a su naturaleza oscura, que no cree en nada ni en nadie, que en algún momento dejó de luchar, porque a su vez no ha sido capaz de superar una infancia de témpano y ostias.Si yo fuera más fuerte lloraría por ella en lugar de sentir rabia, lloraría por ella y por su madre, y la madre de las madres, y por todas las hijas de puta, que repiten una y otra vez el proceso, sin superarlo jamás, como yo.Si yo fuera más fuerte rompería el círculo vicioso que estoy a punto de repetir.Tendría fé.Si yo fuera más fuerte, no culminaría mi suicidio anímico y lucharía contra el olor a muerto de mi alma heredada.Si yo fuera más fuerte ganaría esta batalla para mi hijo. Lo logro cada día que no me rindo, cada día que despotrico con ansia de fé.

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