martes, 20 de octubre de 2009

Apego al dinero... "pobre padre rico"

Tengo un quiste en el pecho, me lo analizan mañana, no estoy preocupada, no creo que sea malo, es solo un "quejio" de mi cuerpo en respuesta a la exagerada sobreproteción que tengo para con mis hijos, asi lo interpreto, creo que nuestro cuerpo nos habla, y las enfermedades son señales para que atendamos a algo, para que nos relajemos, o frenemos un poco. Agradezco el parón, agradezco cualquiera cosa que me saque de los railes, y me aporte conocimiento y perspectiva. Así hoy no me quejaré de lo cansino que es mi enano, sino que lo miraré como si el tiempo con él fuese un auténtico tesoro, como lo que es.

El caso es que me pasó algo que no esperaba, el día que abrí el sobre del informe médico y lei que se aconsejaba "analisis citológico", me asusté, la verdad, y aprovechando que iba sola en el coche no me reprimí demasiado las ganas de llorar que venía arrastrando dias atrás... me sorprendí pensando en mi padre, mis pensamientos giraron en torno a él y a la rabia... pero sobre todo pena, que me causa su ceguera emocional de un tiempo a esta parte... me venían a la mente mi abuelo paterno, mi bisabuelo, lo poco-mucho que se de ellos, personas grandes de espíritu, humildes, buenos de corazón, personas ante las que yo caería rendida, que tuvieron que pasar situaciones angustiosas y salieron reforzadas, a mi bisabuelo lo mataron por defender a alguien en una reyerta y su hijo: mi abuelo paterno (que murió el mismo més de nacer yo), con muy poca edad tuvo que hacerse cargo de sus hermanos, trabajar para mantenerlos, para que alguno estudiara....en esa época de escasez, 2 de sus hermanas acabaron ingresando en una orden religiosa, las conocí... de pequeña las admiraba, eran pura dulzura, me inspiraban y gustaba ir a verlas... mi abuelo tuvo a mi padre muy mayor, (cuando se permitió vivir su vida), y prosperó con una sastrería en el casco antiguo de Granada, era extremadamente generoso, a pesar de las penurias que pasó, y a mi padre jamás le negó nada, cuenta mi padre la anécdota de que dejaba el monedero abierto y a su alcance para que él le cogiera dinero sin tenir que pedírselo siquiera...
El caso es que mi padre siempre fué así de generosos con nosotros también, pero la vida quiso ponerlo en una tesitura diferente, a él, al contrario que a sus antepasados le tocó la experiencia de ganar mucho dinero, mucho... No diré que es lo peor que pudo pasarme, porque creo que todas las vivencias vienen a enseñarte algo, y gracias a la vida que me ha tocado vivir puedo ahora saber lo que sé, pero... eso no quita que en este momento actual, y en ese momento concreto en que abrí el sobre del informe médico, sintiera, ante el miedo a la muerte, una inmensa pena y rabia por mi padre, por lo lejos que lo sentía ahora de mí, cuando de pequeña era mi sol, mi astro rey.... mi orgullo, arrastraba entonces toda esa carga de nobleza aún pura del ejemplo recibido de sus antepasados, y para mi era un Dios. Ahora, será la vejez, o tantos años de vivir como un rico, no lo sé, pero desde que me casé lo he ido perdiendo, se ha ido alejando de mí, no lo reconozco, el dinero lo ha enterrado en vida, y aúnque yo sigo viendo al hombre que fué, parece que él se ha olvidado de si mismo, ahora cree que el dinero lo puede todo, cree que me controla através de él, con cada muestra de desaire por su parte me he ido alejando, no comprende que soy libre, no comprende que por hacer mi vida, por amar a mi marido, por cerrar filas en torno a mis hijos, no voy a dejar de quererlo a él, tiene miedo a que lo abandone, a que lo separe de sus nietos, sin darse cuenta de que son sus actitudes erroneas las que me separan de él, las que hacen que me proteja poniendo distancia de por medio, porque yo quiero creer , tengo esperanza y ¡me duele tanto no verlo! ¿donde está mi padre?, ¿el que yo admiraba?, ¿donde está su bondad ingenua, su generosidad desinteresada?, ahora solo cree en el dinero, con cada conflicto entre nosotros se potencia su necesidad de controlar através de él, cree que es la clave, se ha descreido de todo, no cree en el hombre, no cree en Dios, no cree ni siquiera en mi, piensa que debe controlar mi dinero para controlarme a mi. Tantos años viviendo bién , sin necesidades, con todos los lujos, lo han entrenado para medirse por su poder adquisitivo, para medir igual a los demás...tienes: eres, no tienes: no eres, así que se ha olvidado de si "es" separado del dinero
Y lo que es peor, se ha olvidado de lo que es la necesidad, de la angustia que se pasa, se ha olvidado de los que sufren, porque ya no entiende esa clase de sufrimiento de tan lejos que le queda.
Y poco a poco se me han ido abriendo los ojos, por el camino que he escogido, no me ha quedado más remedio que verlo, al tomar perspectiva, al separarme de esa clase de vida, al contrariarlo y enfadarlo, he visto como piensa, hasta que punto el veneno del puto dinero se ha carcomido a mi padre.... está ahí, yo lo veo, pero él se ha olvidado de si mismo, ahora ocupa su lugar un ego embrutecido que está bastante cegato.
Por eso, cuando abrí el sobre, y sentí la relatividad del tiempo, me sentí libre para creer en mis sentimientos, para dejar a un lado el temor de creer a esa vocecita chillona que en algún momento de una educación algo dañina, se apoderó de algún rincón de mi mente , y le dice a mi intuición, a esa forma "original" y diferente de pensar, que se deje de chorradas y acepte que la única verdad es que quiero lo que todos, que no crea en mi, que no crea en Dios, que me deje de pajas mentales y acepte que en mi no hay ninguna verdad. Y me sentí libre para creer en el sentimiento de pena por mi padre, de rabia ante su ceguera, sentí enfado con mi padre por haber olvidado honrar a sus antepasados, por haber perdido la humildad de aceptar que esa vida de bonanza era su legado, su herencia, consecuencia de su karma, de los años de entrega al esfuerzo, a la verdad y a la bondad, lo que ha podido lograr en la vida se lo debe a ellos, sin ellos no habría llegado a ser la persona que fué... y ahora yo sentía que los estaba traicionando, con su vanidad, con su imbecilidad de pensar que él y solo el era el dueño de su suerte y su destino, y que el dinero es Dios, y quién lo tiene es dueño del mundo... pués no de mi papá, a mi no me puedes comprar, aunque me lo quitaras todo y me hicieras vivir bajo un puente no me doblegarias, no conseguirías demostrar que el motor que a mi mueve es el dinero, yo necesito el dinero, ahí no te equivocas... y hasta robaría porque no le faltara nada a mis hijos, pero lo que tú has olvidado, es que yo te quería a tí, no a tu puto dinero, A TÍ PAPÁ... y sigo queriéndote a tí, odio ver como te pierdes a tí mismo ¿cuando empezó? .

El peligro no está en ser rico, está en "sentirse rico", en el apego al dinero.

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